imágenes se atraviesan, traviesas, surcando el paredón del recuerdo y aparecen en el patio de mi presente. Ingratas. Bienvenidas. Las tomo, las pego una sobre otras, creando texturas que pronto cambiarán de mano, para que se vayan. Y no se van.
Mi amiga Vero abría su restaurant orgánico Na Guardis en su barrio, Colonia Sant Jordi, en la isla de Mallorca, España. Armé diez tapas, contratapas y retiraciones activadas con collages distintos, únicos. Las mandé por correo y pasaron por manos de comensales que buscaban saciar otros apetitos y aún así, las disfrutaron -me contaron-. Atención bares y restaurantes de Buenos Aires y del mundo: mis manos, tijeras y adhesivos están a disposición de su pedido.
2 comentarios:
BUenas!
Bloggeando encontre tu sitio. Debo decir que está muy bueno! :P me gustan tus trabajos y también lo que escribes para acompañarlos.
Te sigo leyendo ;)
Que andes de maravillas!! :D
maguiiu
Mil gracias, Magunchi, Sé mi pomelo también tiene lo suyo ¡grosa!
eu*
Publicar un comentario